Tras las iniciales reacciones ante la masiva llegada de migrantes a las costas canarias y el posterior confinamiento en improvisados campamentos, la crisis migratoria que continúa sufriendo nuestro, también, Archipiélago africano, ha pasado a ocupar un asunto subsidiario en la agenda política e informativa. Los gobiernos español y canario, ambos de la misma significación política (PSOE-Podemos), al igual que la derecha PP-VOX, mantienen su rechazo a acoger en otros territorios del actual estado español o en Europa a estos menesterosos, estigmatizando como “apestadas e indeseables” a los miles de personas que huyen de sus países con el objetivo de dignificar su existencia. Pero también desde su perspectiva colonialista, persisten en convertir, sine die, a nuestro Archipiélago en su cárcel de ultramar para desplazados, impidiendo un reparto en suelo europeo que, además, desde una perspectiva humanitaria, mejoraría considerablemente las actuales condiciones de hacinamiento en los denigrantes guetos gubernamentales habilitados en el País canario. Con tal proceder, el gobierno de Pedro Sánchez, con la cobarde anuencia del ejecutivo canario, mientras claman hipócritamente contra la insolidaridad y la xenofobia, de tal forma, promueve peligrosamente el rechazo social a los migrantes. En tal contexto, urge también una respuesta del Gobierno sobre el hecho de que haya declarado “materia reservada” el número de migrantes afectados por la actual pandemia de la covid 19.