El neurocirujano, candidato de Intersindical Canaria a las Elecciones Sindicales del Personal Laboral del HUC, denuncia que en el hospital hay un déficit de “más de 600 profesionales”
El neurocirujano Pablo Febles García es uno de los candidatos de la lista que Intersindical Canaria (IC) presenta a las Elecciones Sindicales del Personal Laboral del Hospital Universitario de Canarias (HUC). Una lista en la que, además del doctor, están representados todos los perfiles de trabajadores del hospital. Esta representación es clave, según Febles, si se desea mejorar la situación en la que se encuentra la Sanidad Pública, pues para él, “individualmente no se consigue nada”. En esta entrevista denuncia, entre otras cuestiones, que en el HUC faltan “más de 600 profesionales”.
¿Qué le lleva a a presentarse a estas elecciones?
“Desde IC pensamos que es importante defender no solo a los trabajadores sanitarios, sino también la Sanidad Pública en sí. Y, por otro lado, también nos han dado impulso todas las deficiencias que han aflorado por la pandemia. Creemos que es más necesario que nunca defender la Sanidad y defender los derechos de los trabajadores, pues, pese a que muchas veces se diga que los trabajadores vamos a lo nuestro, realmente luchamos por los derechos del paciente y por dar una asistencia de calidad”.
¿Cuál es la importancia de que sean los propios trabajadores sanitarios quienes denuncien las deficiencias?
“Muchas veces el trabajador sanitario es el que más interés tiene en que las cosas en la Sanidad funcionen. Los gestores y los políticos tienen mandatos de cuatro años en los que intentan mejorar, pero no tienen una planificación a largo plazo y, sobre todo, no son capaces de ponerse de acuerdo para hacer un plan con un gran pacto entre todos. Solo hay que ver cómo están el Hospital del Sur y el Hospital del Norte para entender que van creando problemas y luego no son capaces de solucionarlos. Como uno trabaja aquí, sí se compromete porque cree que las cosas pueden ir mejor. Y mejor significa mejor para todos, para los de derechas, de izquierdas o de centro. La Sanidad Pública es un servicio del que se beneficia todo el mundo, independientemente del poder adquisitivo”.
¿Cuáles son los perfiles de los integrantes de la lista de IC?
“Presentamos una representación de todo el colectivo sanitario: médicos, auxiliares, operarios de limpieza, entre otros. Son todas personas comprometidas con la Sanidad que llevan mucho tiempo trabajando y han demostrado que son buenos profesionales. Lo que intentamos es representar a los trabajadores y, como dije antes, con ello beneficiar al paciente con una Sanidad Pública de la máxima calidad posible. IC no es un sindicato gremial sino que busca que progresen todos los grupos laborales. Yo no podría operar si antes no ha pasado por el quirófano el personal de limpieza o si antes el técnico no ha puesto todas las luces. Individualmente no se consigue nada, debe haber una respuesta colectiva y por eso IC es un sindicato de clase”.
¿Qué acciones se suelen llevar a cabo a la hora de representar a los trabajadores?
“Muchas veces los compañeros te tienen como alguien a quien saben que pueden transmitirle sus problemas y simplemente te piden información sobre sus derechos y deberes. Suelen tener dudas sobre si su situación es justa o no. En el caso de que esté viviendo algún tipo de conflicto, se intermedia, ya sea con representación en la dirección médica o en la gerencia. Y otras veces son necesarias acciones más reivindicativas como manifestaciones con las que defender nuestros derechos”.
¿Qué es necesario cambiar de forma urgente en el HUC?
“Pues el HUC está pendiente de la ratificación del convenio colectivo, del que depende tanto el personal laboral como el personal al que en su momento se hizo estatutario con lo que se llama una “mochila”. También es importante paliar el déficit de 600 profesionales con respecto a otros hospitales y al personal que está hay que consolidarlo. A los médicos que llevan entre 10 y 15 años trabajando en el Servicio Canario de la Salud y que nunca se les ha dado la oportunidad de presentarse a una oposición hay que hacerles una OPE restringida por concurso de méritos. Con respecto a la jornada laboral, hemos conseguido recuperar las 35 horas semanales pero ahora habría que adaptar los turnos a la jornada laboral que legalmente está establecida, porque muchas veces eso no ocurre. Y otras tantas propuestas que llevamos en el programa”.
Una de las problemáticas que a día de hoy se están denunciando es la temporalidad, ¿qué me puede contar?
“Lo de la temporalidad es un escándalo. O sea, cosas que no se permiten en la empresa privada, la propia empresa pública lo quiebra de forma regular y nos obliga a los sindicatos a ir a los juzgados, a judicializar una situación con sentencias previas que ellos ya saben que van a perder. Yo he tenido que escuchar a personas con puestos de responsabilidad manifestar que les da igual ir a juicio porque los abogados les salen gratis. O sea que no le dan importancia y persisten en esa situación”.
Y la consecuencia es…
“Pues que hay un déficit de médicos tanto en España como en Canarias. En Canarias es peor porque nos cuesta traer especialistas de la Península y que luego vean esto como un lugar de residencia donde hacer su vida. Lo que ocurre generalmente es que los médicos vienen un tiempo y cuando les sale una plaza en la Península vuelven para allá. A esa gente hay que fidelizarla, hay que darles la opción de que tengan una interinidad y acabar con la temporalidad. Aquí hay compañeros que llevan 15 años con interinidades y sin haberles dado una plaza fija. Y también hay personas que llevan tres o cuatro años con contratos temporales enlazados. Y lo mismo ocurre con los enfermeros y los auxiliares”.
¿Qué opina del movimiento que se ha creado de profesionales que denuncian esta situación?
“Es un movimiento súper lógico. Creo que a esa gente hay que asegurarles un puesto de trabajo si queremos seguir contando con ellos. Y creo que después de eso habrá que ir sacando OPE cada dos años para ir regularizando a todas las personas que quieran trabajar aquí. Si no, no nos podremos quejar de que no tenemos médicos, no nos podremos quejar de que se van a la Península y no nos podremos quejar de que se vayan a la medicina privada”.
¿Afectan estas protestas a la atención al paciente?
“Se han establecido huelgas por parte del personal en situación de temporalidad pero al final sucede lo de siempre, que los médicos somos incapaces de realizar huelgas agresivas porque al final repercute en el paciente. Así que las huelgas afectan de forma discreta porque a todos nos cuesta enfrentarnos a un paciente que está pasando una enfermedad y no atenderlo. Al final esas consultas que se han suspendido se reprograman para otro día y si un día tenías que ver a 20 pacientes, terminas viendo a 30”.
Al principio decía que la pandemia ha sacado a relucir aún más los defectos de la Sanidad Pública. ¿A qué se refería?
“Ha habido un estrés del sistema público con los casos graves de la COVID-19 y eso ha tensionado también al personal de enfermería, a los médicos, a los auxiliares… Y ha habido muchos compañeros que han enfermado de coronavirus. Por eso una de las reivindicaciones es que se tenga en cuenta la COVID-19 como enfermedad profesional y no como enfermedad común. Así que evidentemente lo que ha pasado pone de manifiesto las debilidades en cuanto al personal, porque los trabajadores han estado doblando turnos, faltan materiales, ha faltado material de protección… De esto debemos sacar que la Sanidad es más importante de lo que se pensaba y hay que cuidarla más”.
¿Cómo ha afectado la pandemia al trabajo en el quirófano?
“Los protocolos han cambiado y ya no se puede operar a los enfermos directamente, sino que antes hay que realizarles una PCR y esperar por los resultados, haciendo que el proceso sea más lento. Además, la actividad quirúrgica se ha retrasado y han aumentado las listas de espera porque los enfermos graves con la COVID precisan de respiración asistida y muchas veces ocupan las camas de recuperación de quirófano”.
¿Y cómo ve a los pacientes? ¿Ha aumentado el miedo a someterse a una intervención?
“Al principio no querían ni pisar el hospital. Había un miedo comprensible que se ha ido venciendo, entre otras cosas, por la vacuna. Las vacunas son un arma muy potente porque ya no tenemos pacientes añosos ingresados con neumonía grave, eso la gente debe saberlo. Cuando me llaman pacientes míos, con distintas patologías en el cerebro, y me preguntan “Doctor, ¿me vacuno?”, les insisto que deben vacunarse. Todas las vacunas disponibles son buenas y debemos tener presente que contar con tantas vacunas un año después de que comenzara la pandemia es un regalo de la ciencia”.