Un 12 de diciembre, hace ahora cuarenta y siete años, tuvo lugar en la isla de Tenerife una huelga laboral convocada por los trabajadores del frio industrial, el tabaco y el trasporte. Estos sectores laborales estaban organizados en los sindicatos nacionalistas que, luego, constituirían la Confederación INTERSINDICAL CANARIA
Durante la huelga laboral que tuvo lugar en Tenerife en aquella fecha, siendo las 14,30, horas y tras producirse en las calles próximas varios enfrentamientos entre trabajadores y estudiantes con la policía que pretendía disolver la protesta callejera, hizo sorpresivamente su aparición en al campus universitario una veintena de guardias civiles quienes, sin mediar aviso alguno, realizaron hasta 200 disparos en todas las direcciones, alcanzando las balas al pórtico de la antigua Universidad y al interior de varias viviendas próximas. Uno de los disparos abatió al estudiante de biológicas, JAVIER FERNÁNDEZ QUESADA, soberanista y de izquierda, quien en ese momento se dirigía a refugiarse en el interior del centro docente, muriendo en el acto tras atravesarle el corazón una bala. Tras el asesinato, la población indignada, se hecho a la calle, teniendo que recurrir el gobierno a desplazar varias compañías policiales desde España para reprimir duramente las protestas. Múltiples fueron los ciudadanos aporreados y detenidos.
Este crimen de Estado quedó en la absoluta impunidad, y las investigaciones realizadas por el Congreso de los diputados de España supuso una infame farsa y una burla al conjunto de los canarios.
Aunque los sindicatos obreros canarios ya habían colocado en el año 1978 una placa recordatoria en el hall universitario, tendría que transcurrir 30 años para que la Universidad de La Laguna rindiese el primer homenaje y reconocimiento al estudiante. Posteriormente, en el año 2008, a iniciativa también de INTERSINDICAL, el ayuntamiento de La Laguna bautizó un parque cercano a la Universidad con el nombre de Javier Fernández Quesada.
Para mejor situarnos en las circunstancias políticas y laborales de aquél entonces, hay que resaltar que los conflictos laborales que desembocaron en aquella huelga general en Tenerife se habían iniciado meses atrás y se prolongaron en el tiempo al impedir tanto la patronal como el gobierno cualquier acuerdo sobre las demandas laborales y la vuelta a la normalidad.
Con ello, los empresarios y el gobierno español buscaban como objetivo derrotar a los trabajadores y al sindicalismo nacionalista para frenar su ascendente implantación social, al tanto que paralizar la unidad de los estudiantes y obreros para acabar con los negativos efectos sociales de un aberrante colonialismo español que, aún hoy, mantiene a Canarias con los peores indicadores sociales y laborales del Estado español.