
Es curioso que mientras a algunas muchachas no las dejan ponerse un pañuelo
en la cabeza, a otras se las deje ir al instituto como la novia de Tarzán.
Según parece, lo democrático y republicano consiste en exponer al público la
ropa interior y los atributos sexuales, como si de un rebozo laico se tratara.
Probablemente, alguna clase media ha pensado que a las mujeres musulmanas hay
que liberarlas modificándoles su atuendo, en vez de dejar de enviarles soldados
en “misión humanitaria”. Se creen con el derecho y legitimidad de enseñarles a
las mujeres árabes, incluso a las guerrilleras, que para liberarse hay que
cambiar de ropa y de religión. Es reaccionario andar toda llena de trapos y no
airear el cabello. Tienes que sentirte atractiva y libre porque tú lo vales;
excepción hecha a las monjas y a mi abuela, a la que nunca le vi el
pelucón.
Menos sombreros canarios, el piberío lleva tocados y rejos de todo tipo,
zarcillos de colorines en lugares que ni los piratas se atrevieron,
calzoncillos por fuera, bragas y tetas al aire, porque hay libertad y
postmodernidad. A mí plin; si la postmodernidad asume el relativismo total en
la moda, pues nada, así sea. Pero si a una piba le entra la vena religiosa
musulmana, o la vena cultural arabista y quiere vestirse como sus abuelas y
madres ¿con qué legitimidad democrática se lo impedimos?, si la libertad
religiosa está reconocida. ¿Es que acaso lo laico se mide por la cantidad de
ropa que llevas encima? Pues bien, mientras toda esa estética post-cualquier
cosa desfila por las calles, quieren que yo me preocupe porque una piba lleve
un pañuelo en la cabeza al colegio ¡Vete por ahí! Empiecen por las monjas,
prohíban la horterada de los trajes de primera y última comunión, ¡y el de la
boda!, que da hasta pena. Cutre, cutre, cutre. Y mira que han intentado
modernizar el asunto, pero no hay nada que hacer. Aunque le pongan un escote
palabra de honor, el traje de la primera comunión no hay por dónde
cogerlo.
De todas formas, si alguien quiere hablar de laicismo y república, hablemos.
¿Qué les parece la suspensión de los acuerdos con el Vaticano, y la obsoleta
manutención de Iglesia y la monarquía como primeros puntos del orden del día?
Cuando terminemos, podríamos retomar el asuntillo del pañuelo de la pibita y la
prohibición del alzacuello y el atuendo de las monjas por los pasillos del
colegio concertado de la inmaculada concepción de la ascensión de la blanca
paloma de la pureza de Jesús.
Paco Déniz